Monday, July 31, 2006

Elena Poniatowska y Jesusa Rodríguez durante la tercera asamblea informativa en el Zócalo capitalino Foto María Luisa Severiano


Elena Poniatowska

A la gente ya se le prendió el corazón*

Levantemos la cabeza con orgullo, porque es el momento de la resistencia.

Imposible vivir de nuevo la humillación de 1988 y dejarnos avasallar por el poder.

Imposible escuchar las voces que nos dicen que no hay remedio. Somos 2 millones de gentes dispuestas a quedarnos a vivir en el Zócalo y a convertir el coraje en orgullo y la lucha cotidiana en alegría.

Aquí estamos de pie y estamos bien parados.

Nos habíamos acostumbrado al "casi ganamos", "casi lo logramos", "casi la hicimos", "casi llegamos", y nos conformábamos, pero ahora ya no. En esta lucha pacífica hemos aprendido a cambiar, a ser más valientes. Somos 2 millones de gentes de pie, en la plaza más bella del mundo, en el ombligo de la luna, en el corazón de México, y con nuestra presencia queremos darle al gobierno una prueba contundente de nuestro descontento. No nos quedamos en nuestra casa a esperar como hace 18 años, y nos hemos organizado aunque todavía no muy bien porque apenas es el principio. Somos los de a pie, somos los que marchamos, somos los que levantamos la voz y el brazo. Aunque haya que caminar todo el país, paso a paso, aunque durmamos en los cerros, aunque nos empape la lluvia, seguiremos siendo caminantes y cuando regresemos a esta plaza a rendir cuentas permaneceremos de pie, tal y como lo estamos ahora, de pie, aquí en esta plaza.

Ya se nos prendió el corazón.

Sí, somos muy tercos; sí, Andrés Manuel López Obrador es muy terco porque no se deja. Un campesino en Ciudad Obregón me dijo: "Cuídelo mucho, porque un líder así surge en la vida de un país cada cien años". Sí, López Obrador tiene razón en no dejarse. Queremos el recuento y que se transparente la elección. Y, ¿qué tiene de malo contar de nuevo? Como dice Chaneca: "Si no hay nada que ocultar, que los vuelvan a contar". Ante la duda, la ciencia y la tecnología empiezan de nuevo. Tampoco pedimos que vuelva a hacerse la elección, mucho menos un interinato, lo único que exigimos es contar voto por voto, casilla por casilla.

Somos un pueblo acostumbrado a la violación de las leyes, somos un pueblo noble, somos un pueblo sano, somos un pueblo fuerte, un pueblo aguantador. Es mentira que seamos violentos, somos pobres y la pobreza a ratos no se aguanta, y estalla. El que nos ha hecho violencia cotidiana y nos ha denigrado es el gobierno al discriminarnos, al no darnos escuela, al no protegernos. Ni provocamos ni pretendemos encender los ánimos; sólo queremos decir nuestra verdad.

La fuerza moral de nuestra resistencia está a la vista en su carácter civil, legal y pacífico. La resistencia sabe esperar, pero no se raja. La resistencia no se desanima. No abandonaremos el esfuerzo. Si nos insultan es porque no tienen argumentos en contra nuestra, porque si los tuvieran hace mucho nos habrían aplastado. Resistimos hoy porque vamos a resistir mañana y porque en cada uno de nosotros están las raíces de la resistencia civil y pacífica que es parte de nuestra historia. Morelos, Hidalgo, Guadalupe Victoria, Juárez, Madero, Zapata, Villa, Lázaro Cárdenas resistieron como lo hicieron Demetrio Vallejo, Valentín Campa, Othón Salazar, Frida Kahlo, Rosario Ibarra, Evangelina Corona, Rubén Jaramillo, Florencio El Güero Medrano, Tere, la limonera que nos mandó fruta y nos dio agua, los huelguistas que se lanzaron a la huelga de Río Blanco y de Nueva Rosita, los mineros de Pasta de Conchos y las costureras damnificadas de los dos terremotos de 1985. La resistencia ha sido la razón y la legitimidad de nuestra historia.

Nuestra resistencia es abierta, legal, transparente y la hacemos aquí a ojos vistas y a cielo abierto, bajo el vuelo de los helicópteros. No somos conspiradores ni los judas de cartón que tanto le gustaron a Diego Rivera. La resistencia amanece todos los días a nuestro lado; la resistencia nos fortalece y nos hace los hombres y las mujeres que aspiramos ser; la resistencia construye al México que queremos para nuestros hijos.

Aquí estamos ahora frente a ustedes mi hija Paula, mi nieta Luna. Somos tres generaciones.

Todos somos resistencia civil y creativa.

Ya se nos prendió el corazón y lo levantamos con orgullo aquí en el Zócalo, que es el centro de nuestro país, el origen de todos los Méxicos. Aquí está la sangre y aquí están los huesos de nuestros abuelos. México es nuestro por legítimo derecho; no somos huérfanos, somos mexicanos y, hoy más que nunca, México nos pertenece en esta gran fiesta de la resistencia.

* Palabras pronunciadas ayer en el Zócalo durante la tercera asamblea informativa convocada por Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos.



Wednesday, July 26, 2006

Así no... por Denise Dresser

Así no, Felipe. Así no se compite por la Presidencia.
Así no se ganan los votos. Así no se llega al poder.
Claudicando. Sacrificando. Cediendo.Tirando la toalla
con tal de aparecer en la pantalla. Eso que has hecho
al pedirle a tu partido que apruebe la Ley Televisa
tal y como está. Eso que has hecho al exigirle al PAN
que acepte una minuta fallida para salvar una candidatura que también lo es.

Eso es lo que entraña apoyar una Ley de Radio y Televisión que perjudicará a
la nación. Porque con ello, Felipe, demuestras que
estás dispuesto a tirar la dignidad por la borda con
tal de llegar a Los Pinos. Y peor aún, que no te
importaría llegar maniatado allí. Porque eso es lo
que pasará y será lo mismo que le ocurrió a Vicente Fox.

Adquirió tantos compromisos con los intereses
establecidos, que después no pudo confrontarlos.
Hizo tantos acuerdos en lo oscurito, que después no pudo
gobernar a la luz del día. Y ahora tú, el candidato
del México "moderno y exitoso" cometiendo el mismo
error. Tropezándote con la misma piedra. Pactando
con las televisoras para llegar a la Presidencia, cuando
ya has entregado los instrumentos que la harían
eficaz. Confirmando que tú sí ofreces más de lo mismo:
un gobierno acorralado, un sexenio paralizado, seis
años de intereses privados imponiéndose sobre el
interés público.

Sugiriendo que un candidato débil jamás será un
presidente fuerte. Así no, Felipe. Así no se remontan
los puntos de ventaja que te lleva Andrés Manuel López Obrador.

Así no se cierra la contienda que no has
sabido manejar. El problema no es cómo te cubre -o
deja de hacerlo- la televisión. El problema no es
cuántas veces apareces en la pantalla sino la
confusión de tu presencia allí. El mensaje
desdibujado. El perfil grisáceo. La captura del PAN
por parte de su ala más conservadora. La distancia con
los de abajo y la cercanía con los de arriba.

Las divisiones de un partido más interesado en repartir
curules que en pelear por tu candidatura. No has
sabido nadar con rumbo y ahora quieres asirte al
salvavidas de las televisoras. No has sabido competir
a la buena y ahora quieres venderte a la mala. Tal y
como lo hizo Santiago Creel. Él entregó casinos,
ahora tú entregas leyes. Él quiso quedar bien con
Televisa, ahora tú quieres hacerlo también. Él estuvo
dispuesto a hacer cualquier cosa para ganar y por eso perdió.
Ahora a ti te ocurrirá lo mismo. Él otorgó concesiones
para conseguir una cobertura favorable, ahora tú
otorgas votos con la misma aspiración. La aspiración
de un hombre desesperado, el ansia de un candidato
estancado, la angustia de un político rebasado,
tentado por las televisoras. Dispuesto a cerrar los
ojos con tal de verte en La Parodia. Dispuesto a
sabotear el privilegio de contender con tal de
aparecer en El Privilegio de Mandar.

Así no, Felipe.Así no se moderniza a México como tú prometes que lo
vas a hacer. Así no se fomenta la competencia en el
país, como tú insistes que necesita. Permitiendo que
la televisión dicte los términos de su propia
concesión. Permitiendo que Televisa redacte una ley
y consiga 30 senadores panistas que la aprueben.
Permitiendo que ocurra el tránsito a la digitalización
sin que los concesionarios paguen un peso por ella.
Permitiendo que los poderes fácticos se impongan sobre
los poderes representativos. Convirtiendo al Senado en
un lugar que vende legislación a modo. Convirtiendo a
los legisladores en meseros. Cediendo pedazos del
Estado mexicano que después no podrás recuperar.
Entregando al PAN en bandeja de plata para que
Andrés Manuel López Obrador haga puré con él. Porque a eso
se abocará el puntero presidencial. A subrayar la
existencia del PRIAN. A resaltar las coincidencias
cupulares y la prolongación del status quo que
permiten. A sugerir que el pirruris tiene precio y es
un manojo de spots. A evidenciar los pactos entre las
élites y el cambio que obstaculizan. A contrastar la
abdicación panista con la independencia
lopezobradorista. A decir que él ni siquiera se reúne
con los empresarios, cuando tú haces todo lo que te
piden. A insistir que llegará sin compromisos que le
aten las manos, cuando tú ya las tienes amarradas
detrás de la espalda. Y tendrá razón.

Así no,Felipe. Esa no es la manera en la cual debe comportarse el
candidato de un partido supuestamente fundado para
promover la legalidad. La institucionalidad. La
separación de poderes y el equilibrio entre ellos.
La patria ordenada y generosa. El terreno nivelado de
juego y los derechos inalienables de quienes
compiten en él. Esa no es la forma de seguir los pasos de
Manuel Gómez Morín sino de enlodarlos. De traicionar
esos principios que tanto dices defender pero que
estás dispuesto a sacrificar. De traicionar a los
panistas que te pensaban diferente y han descubierto
que no lo eres. De traicionar una candidatura que
prometía evitar los errores de Vicente Fox y corregirlos.


Porque estás mandando un mensaje que tarde o
temprano muchos mexicanos entenderán. Una señal de falta de
firmeza. Falta de fortaleza. Falta de entereza.
Falta de aquello que separa a los políticos exitosos de los
políticos pusilánimes. Estás evidenciando que te caes
al primer empujón. De que te tropiezas con el primer escalón.

De que no has llegado aún a la Presidencia,
pero no estarías dispuesto a hacer gran cosa con ella.
De que te has transformado en oveja y por ello te
comerán los lobos. De que estás rodeado por personas
que avalan tu abdicación y allí está Josefina Vázquez Mota para probarlo.

Allí está Manuel Espino para constatarlo. Exigiéndole a la fracción parlamentaria
del PAN en el Senado votar en favor de la Ley
Televisa, "porque nos beneficiaría transitar mejor
en los tiempos electorales".
Te pregunto entonces: ¿transitar hacia qué? ¿Hacia
otro gobierno panista que entrega las llaves del reino
incluso antes de llegar a él? ¿Otro gobierno panista
que no sabe oponer la resistencia necesaria frente a
las demandas de las televisoras? ¿Otro gobierno
panista que traslada el poder del Estado alpoder
económico real? ¿Otro gobierno panista que continuará
haciéndolo en otros sectores? ¿Otro gobierno panista
que no entiende el papel del gobierno como defensor
del interés público? ¿Otro gobierno panista donde el
presidente se ve reducido al papel de simple porrista
o espectador? ¿Otro gobierno panista donde el
presidente responde "Y yo por qué"?


Así no, Felipe. Así no se llega a la Presidencia.
Con compromisos. Con márgenes de acción reducidos de
antemano. Con leyes que harán imposible la
transformación de la televisión. Con reglas que
seguirán inhibiendo la competencia. Con una decisión
que deja a la intemperie a la sociedad civil que
participó en esta pelea. Que deja solos a todos los
que alzaron la voz y asumieron posiciones y tomaron
riesgos y fueron a las audiencias al Senado. A todos
los que pensaban que por lo menos el PAN -con la
excepción del senador Héctor Osuna- estaba parado del
lado correcto de la historia. Ahora demuestras que
no es así. Y bueno, ya hiciste tu cálculo. Que esta
claudicación causará escozor entre algunos miembros
del círculo rojo pero pasará inadvertido entre el
círculo verde. Porque la evidencia de tu debilidad no
aparecerá en la televisión. Porque no será tratada
en los noticiarios. Porque sólo algunos analistas
indignados te recriminarán y algunos ciudadanos
desilusionados te increparán. Porque piensas que
quienes te criticarán por esto son demasiado puristas
y están equivocados. Porque crees que es un precio
pequeño, que será necesario pagar para ganar. Pero
vas a perder de cualquier manera y lo harás sin
dignidad.

Sin haber dado la batalla. Sin haber tomado el riesgo
de librarla a fondo.


Así no, Felipe. Así no actúan los hombres de espaldas
rectas y convicciones claras. Así no andan quienes se
niegan a negociar aquello esencial que los define
frente al mundo. Los que caminan con la frente en alto
y salen del ruedo así. Los que quieren ganar pero no
perdiéndose a sí mismos. Los que prefieren el riesgo
de las miras altas al fracaso de las miras bajas.
Porque un hombre no está acabado cuando lo derrotan;
está acabado cuando deja de pelear. Cuando renuncia.
Cuando dimite. Eso es lo que estás haciendo Felipe, y
por ello no te mereces ganar.

Wednesday, July 12, 2006



Hola nuevamente
A continuación citare integro (espero) el texto que encontré en la pagina de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco
en donde encontré en la sección de publicaciones algo que se describe como GESTIÓN Y ESTRATEGIA.

Cito: Es un proyecto que aborda la disciplina de la administración tanto desde un punto de vista teórico como práctico, en donde la discusión teórica y el análisis crítico de las organizaciones y de la gestión pública son los elementos centrales.

En uno de los ensayos que realiza el Profesor Antonio Zarur Osorio, titulado: "Gestión Estatal y Televisión Pública en México 1972-1993" inicia con las siguientes lineas Hoy, lo que fuera la televisión estatal mexicana ha sido puesta en manos de capital privado nuevamente, al ser vendida la llamada "Televisión Azteca" al empresario Raúl Salinas Pliego, resulta interesante reconocer el pasado, para identificar lo que anota la intervención directa del Estado en la gestión de una empresa televisora.

Aquí encontraras una visión de los medios desde esos años que narra, yo, siento una profunda tristeza porque de ahí podria decir que nace, la forma mas deleznable de manejar los medios por parte del gobierno en turno. Quiero anticipar un agradecimiento al Profesor Antonio Zarur Osorio por este su proyecto.
o0O0o
Gestión Estatal y televisión pública en México 1972-1993 *
Antonio Zarur Osorio
Profesor del Departamento de Administración de la UAM-A

Este documento es un avance
del proyecto de investigación titulado

El Estado frente al modelo de

televisión adoptado en México


Hoy, lo que fuera la televisión estatal mexicana ha sido puesta en manos de capital privado nuevamente , al ser vendida la llamada "Televisión Azteca" al empresario Raúl Salinas Pliego, resulta interesante reconocer el pasado, para identificar lo que anota la intervención directa del Estado en la gestión de una empresa televisora.

En ese intento hay que señalar dos aspectos particularmente interesantes como son : la coyuntura política que anima tal participación en la materia y el discurso con el que se justifica el hecho y se define el proyecto de lo que debería ser la televisión estatal en México, mismo que nunca se cristalizó y que por el contrario fue de bandazo en bandazo hasta desembocar en la privatización.


La participación estatal en la gestión directa de una empresa de televisión se prolongó de 1972 hasta 1993. Durante esos veintiún años no fue posible crear un proyecto con características propias y bien definidas, sino por el contrario se desarrolló un estilo de gestión y de televisión que fue sujeto de vaivenes sexenales, de los caprichos del poder, de la corrupción y de la carencia de una voluntad política para crear una alternativa frente a la televisión privada.


La inclusión directa en el campo de la televisión

El 15 de marzo de 1972, el Gobierno Federal adquirió a través de un Fideicomiso de la Sociedad Mexicana de Crédito Industrial (SOMEX), el 100% de las acciones de ña Corporación Mexicana de Radio y Televisión y según se afirma en el Manual de Organización de la Administración Pública Paraestatal de 1977: "...el Gobierno cambia su papel de autoridad, censor y anunciante, por el de propietario de un Canal de Televisión. Este paso da comienzo a un cambio radical dentro del medio de la televisión".1 Este texto es interesante porque está incluido en una publicación del Gobierno Federal, que califica de monopolio a la televisión hasta entonces existente y porque se olvida que aquella no era la primera experiencia estatal en el campo de la televisión, ya que desde 1959 funcionaba canal 11, del Instituto Politécnico Nacional.

Aparte de ello, el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976), es particularmente interesante; varios hechos se suceden e inciden de alguna manera en el panorama actual de la televisión mexicana. cuatro sobresalen y son de capital importancia: 1). el Estado adquiere en 1972 canal 13, como ya lo señalé. 2). Se crea el programa de televisión rural del Gobierno Federal, en el mismo año. 3). Se publica en el Diario Oficial de la Federación el Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión el 4 de abril de 1973, y 4). El 8 de enero de 1973, Telesistema Mexicano, S.A. y Televisión Independiente de México, Canal 8, deciden fusionarse bajo una sola razón social, constituyéndose así Televisa, S.A.



El primer periodo

Con la compra de Canal 13, el Estado se mete de lleno en el campo de la televisión, desbordando las funciones que tradicionalmente desempeñó en ese terreno. En su Segundo Informe de Gobierno, el 1o de Septiembre de 1972, el presidente Echeverría dijo: "En semanas recientes, se intensificó el debate en torno a la Radio y Televisión. Es manifiesta la preocupación por fortalecer los derechos de la sociedad mexicana sobre esos medios y garantizar el correcto cumplimiento de las funciones que tiene asignadas."

Y agregó: "La conducta del gobierno de la República se rige por estricta observancia del orden jurídico. El régimen de la Radio y la Televisión es reflejo de nuestro sistema de economía mixta. Al Estado corresponde velar por el cumplimiento de los objetivos que la Ley señala a las empresas concesionarias del espacio aéreo. Estamos obligados a exigir que la imagen que llega a millones de niños y adultos, no deforme los valores de nuestra conveniencia, y que los adelantos de la tecnología no se usen para fomentar servidumbres intelectuales".


Y concluyó: "El Gobierno ha asumido, además, el manejo directo de algunas estaciones de Radio y Canales de Televisión y participa con los concesionarios privados en el aprovechamiento del tiempo de transmisión que la legislación le otorga, con el fin de contribuir a mejorar la calidad de las transmisiones".


"Los servicios de difusión deben ser más nacionales en su contenido, ofrecer mejores oportunidades de cultura, una veraz información y sano entretenimiento. Es corresponsabilidad de los concesionarios y del Gobierno darles la dignidad que nuestro pueblo merece. -Y finalmente vaticinó- No pretendemos lesionar ningún derecho, pero las medidas reglamentarias, ya en el estudio, harán lo necesario, y pronto, para salvaguardar el interés superior del país".

Al adquirir el Estado el Canal, éste contaba con 108 mil trabajadores, para el 1o de septiembre de 1972 tenía ya 240 asalariados; además Somex fortaleció al 13 con equipo nuevo; se pusieron en funcionamiento los estudios de la calle Mina, se iniciaron programas en directo y además se contrató con la ANDA y el sindicato +nico de Trabajadores de la Música; aparte de que se firmó un nuevo Contrato Colectivo de Trabajo con el STIR.


El primer director de la televisión estatal fue el entonces Senador del estado de Tabasco, Enrique González Pedrero, que había sido durante los años de 1968 y 1969 director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México y posteriormente secretario general del Partido Revolucionario Institucional,, de donde pasó a la senaduría tabasqueña.


Aunque el Estado adquirió Canal 13 en 1972, no fue sino hasta 1976 que la empresa contó con las instalaciones propias y adecuadas; mientras, vino funcionando desde la Torre Latinoamericana, con estudios de producción en la calle de Mina en la colonia Guerrero.


Ante el evidente error político de abandonar en manos privadas el manejo de la televisión; el gobierno echeverrista buscó de alguna manera revertir el fenómeno.


Fue a principio de los setenta y como consecuencia de los conflictos de la década de los sesenta y particularmente de 1968, que se agudizaron las apreciaciones críticas en torno de la televisión que se venía haciendo en México. Deformadora sistemática, trivial, violenta y extranjerizante eran sus características más señaladas.

Para 1973, y según datos de la Secretaría de Comunicaciones, la televisión constituía una industria en la que se tenían invertidos 5 mil millones de pesos, de los cuales 2000 millones correspondían a inversiones de los concesionarios privados en instalaciones, materiales y equipo; mientras que los 3 restantes representaban la inversión estatal en la red de microondas, que se usaban los concesionarios para trasmitir su imagen al país y al extranjero vía satélite. De esta manera el estado Socializaba parte de los costos de infraestructura necesaria para las emisiones televisivas y ello operó como un mecanismo de transferencia de valor, que se reflejó en el margen de utilidad de los concesionarios privados, que para entonces producían, tan solo los cuatro canales de Televisa, 17 mil horas de programación al año.


Mientras el Estado invierte en la expansión de la red de microondas, misma que se pone al servicio de la televisión privada, paradójicamente la televisión estatal está reducida en su cobertura. En 1973, según Enrique González Pedrero, Canal 13, cubre apenas el 70 por ciento del área metropolitana de la ciudad de México. 2 Y que decir de canal 11, que funcionaba desde 1959 virtualmente marginado del panorama de la televisión nacional.

Aparte del Trece, en 1973 se constituyó Televisión cultural de México (TCM), cadena operada por la Subsecretaría de Radiodifusión desde la Torre Central de Telecomunicaciones en la Ciudad de México TCM, se creó con la finalidad de difundir a las comunidades a las que había llegado la televisión comercial por razones económicas.


"El problema de la cobertura de la T.V. comercial puede ser interpretado de diversas maneras...si bien Televisa logra controlar un total de 97 estaciones, hay que aclarar que éstas se encuentran concentradas en los principales centros urbanos del país, por ser los más ricos mercados publicitarios, susceptibles de explotarse "comenta Efrían Pérez Espino y agrega: "La televisión comercial, fiel a sus fines comercial-publicitarios, dirige sus actividades a aquellos centros urbanos en donde existen las posibilidades de vender más". 3


(aqui va un cuadro)

El 14 de julio de 1976 se inauguraron las instalaciones de Canal 13 en el Ajusco; Enrique González Pedrero, rindió su primer informe como responsable del canas desde enero de 1974. Y dijo sobre la presencia estatal en el campo de la televisión, "ya sea a través de un monopolio- como en muchos países-, por medio de organismos descentralizados, mediante la participación directa en la televisión particular, o bien con leyes o decretos norman la actividad de las emisoras privadas. En nuestro país la televisión esté regulada por el estado mexicano a través de la estructura legal,...y de manera directa aunque no en exclusiva, por medio de las actividades de Canal 13".


Sobre la compra de Canal 13, señaló: "La adquisición...representó un cambio en la política gubernamental, al constituirse en 1972 un fideicomiso al Estado y administra la Sociedad Mexicana de Crédito Industrial, SOMEX, que dirige el Licenciado Julio Sánchez Vargas. Después de más de 20 años de actividad privada en este campo, por primera vez el Estado participa directamente en este campo...Se reconocía así la importancia política del mensaje televisado y tomaba plena conciencia del riesgo que suponía no disponer de un vehículo para hacer llegar al pueblo un mensaje de integración nacional, mientras recibía un bombardeo publicitario, los mensajes de la sociedad de consumo".


Comentario aparte merece esto, ya que el talento de Salvador Novo había advertido en el estudio "La Televisión" 5 de la naturaleza del modelo comercial y también de la importancia político del medio. Veintisiete años después el gobierno mexicano lo reconoce en el discurso de González Pedrero.


Continuando con el informe de González Pedrero, éste dijo sobre los objetivos del Canal: "Cuando asumí la dirección...me formulé, como tarea inmediata, el replanteamiento de los objetivos y de la política de la empresa dentro del régimen de economía mixta, a la luz de las condiciones de la televisión nacional y de las experiencias acumuladas. La función de canal 13 no sería la obtención de utilidades sin la realización de objetivos, económicos y culturales, de costos de oportunidad, promoción de valores sociales e incrementos del sentido de responsabilidad pública".


Estas palabras cobran singular relevancia años después. En 1988, los objetivos originalmente planteados, dan un giro de 180 grados, para hacer que el canal 13, integrado a Imevisión, tuviera como finalidad generar recursos excedentes que le permitieran subsistir independientemente del erario público, de tal suerte que organizó su programación orientada al mercado publicitario, incluyendo programas como el policiaco, Miami Vice, la telenovela "Escándalo", de factura puerto riqueña con Andrés García e Iris Chacón, o "A que Kiko" con chatarra de Televisa, para concluir en 1993 con la transmisión de Miss México.

Sobre la programación, originalmente se dijo aquel 14 de julio de 1976 que : "Su programación y producción no dependerán de la demanda publicitaria o de la comercialización, sino de un modelo al que debía ir aproximándose al máximo, la televisión nacional. De ahí que hayamos entendido a Canal 13 como una empresa responsable de formar, entretener y difundir la cultura para incluir, complementar un Sistema Nacional de Televisión mediante la competencia y el ejemplo, con la finalidad de contribuir a la integración nacional, a la modernización y sobre todo al desarrollo independiente de México.


Y adelante agregó: "...la programación tenía que dirigirse a un público creado y condicionado por la televisión privada y reacio, por lo mismo, a programas de los que estaba habituado a ver..."


"Canal 13 ha optado por un nuevo estilo en televisión... la totalidad de nuestra programación se configura en torno al fortalecimiento de las condiciones democráticas y no al elogio de la fuerza, la violencia y el autoritarismo; subraya el respeto a la persona y a la dignidad del individuo y no tiende a la humillación ni al sarcasmo de su condición".


Para complementar la perspectiva original de Canal 13, retomó de un texto de González Pedrero, publicado en el mismo mes de 1976, y donde afirma que, "Alcanzar los objetivos de una empresa de televisión pública ha sido y seguirá siendo una tarea compleja, larga y costosa, pero más costoso habría sido para el país, continuar permitiendo la exclusividad de la influencia de los intereses comerciales en la conciencia de la Nación..."


"...en el campo de la televisión, en donde el mercado libre de las ideas condujo a la formación de grandes consorcios que cancelaba en realidad la libre competencia, la intervención estatal, se ha orientado a restablecer el equilibrio, la libertad individual y la responsabilidad social en el uso de los medios". 6


Lo dicho por González Pedrero y la definición de un proyecto de televisión estatal cobran particular importancia para evaluar lo que fue el papel del Estado en la gestión del Canal 13 que tuvo seis años más difíciles durante el gobierno de José López Portillo (1976-1982) donde el proyecto originalmente definido se transforma y navega en medio del nepotismo y la corrupción.


La televisión estatal en el sexenio de López Portillo


Al finalizar el sexenio echeverrista, en la televisión estatal hay más expectativas que resultados. La Corporación Mexicana de Radio y Televisión adquirida 4 años antes, dispone de instalaciones propias y adecuadas desde unos cuantos meses atrás. Al iniciar el sexenio, López Portillo (1976-1982) designó como responsable de la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía, a su hermana Margarita López Portillo, y ello la hizo responsable del manejo de la televisión pública.


La gestión de Margarita López portillo, se caracteriza por la carencia de un proyecto definido y la preocupación de cuidar de la imagen del presidente. Cambios y corrupción fueron los hechos los hechos más señalados en ese período.

Desde que el Estado adquirió el canal, los conflictos internos fueron constantes. La administración y la producción señalaron las primeras pugnas durante la gestión de González Pedrero, mismas que se prolongaron durante el sexenio de López Portillo.


Los problemas para la Corporación Mexicana de Radio y Televisión, iniciaron en ese período (1976-82) con la definición de la línea televisiva que habría de seguirse. El conflicto se da también por intereses, dados los enormes recursos en juego. Y fue precisamente este asunto, aunado a la difícil situación económica que arrastraba el canal, lo que llevó a Abel Quezada, primer director designado por López Portillo a renunciar el 17 de diciembre de 1976; 10 días después de ser nombrado.


Para el 17 de diciembre, José López Portillo nombró en sustitución del caricaturista, a la escritora Carmen Millán; quedando al frente de las 2 principales subdirecciones Luis de LLano Palmer en la Producción y Pablo Marentes en la Administración respectivamente.


Tras su designación, la señora Millán tuvo que enfrentarse a los conflictos de intereses, a la difícil situación económica que había precipitado la renuncia del primer director del canal en ese sexenio.


La principal problemática del Trece, se centraba para entonces en la definición del tipo de televisión que debía de hacer el Estado. Y esto, tan solo seis meses después de que González Pedrero la había caracterizado como diferente de la que venía haciendo el consorcio privado. Canal 13, dijo el ex director, es un nuevo estilo de televisión y su programación y producción no estarían determinados por la demanda publicitaria, debería de cumplir otros objetivos políticos, económicos y culturales propios de una empresa del Estado.


Para sempiembre de 1977, Pablo Marantes, subdirector de Administración, definió en oposición a Luis de LLano que "...el canal estatal debe cumplir función distinta, crear su propia imagen institucional y no caer en la lucha con la televisión privada porque su interés es otro." 7

Luis de Llano, subdirector de Producción, sostenía por su parte, la tesis contraria. Para él la T.V. estatal debía competir con Televisa, para volverse así aotofinanciable.


Aparte de esto, había otros problemas que hacían más difícil la situación, ya que existía un elevado número de personal "free lance" que tenía altas percepciones. No existían mecanismos para controlar los gastos de operación y producción; además de que, en la comercialización la venta de tiempos y espacios, fuente de recursos para el Canal, era manejada por funcionarios que vendían y cobraban por fuera. Tampoco existía inventario alguno de materiales, y los recursos disponibles eran manejados en forma poco clara. 8


el conflicto de definición de la orientación de la programación, encontró solución en la separación de las 2 cabezas de los grupos que preconizaban proyectos diferentes entres sí. De Llano, que había llegado de la televisión privada, se fue a la paraestatal PRONARTE y Marentes sería posteriormente director del Canal 11. Además, el gobierno lópezportillista decidió que el Trece dejaría de depender del presupuesto federal y debería buscar la autosuficiencia, estableciéndose así su orientación. Ello obligó el retorno de la publicidad de bebidas alcohólicas y cigarros, que había desaparecido en 1973. Con esto, y desde entonces, la rentabilidad del Canal fue encomienda casi obsesiva de los dirigentes que se sucedieron al frente de la institución.


La búsqueda de la autosuficiencia financiera presionó directamente a la programación. "Al buscar la ansiada sanidad económica - dice Raúl Cremoux- el canal estatal convergía en los siguientes puntos: 1ero Complacer a los anunciantes y publicistas; 2do evitar las emisiones ríspidas, analíticas e impugnadoras; 3ro Alcanzar el mayor público posible para ofrecerlo como fundamental punto de venta. en la medida que los directores entendieran que el canal emisor se ha convertido en una empresa y, obraran en consecuencia (management), perdurarían." 9


El Canal 13 que, desde 1972 había sido administrado por la Sociedad Mexicana de Crédito Industrial (SOMEX) en 1977, y por efectos de la Reforma Administrativa que agrupó las entidades de la Administración Pública Paraestatal en sectores, quedó bajo la Coordinación de la Secretaría de Gobernación; y según la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal de diciembre de 1976, correspondía a la Secretaría de Gobernación dirigir y administrar las estaciones televisoras pertenecientes al Ejecutivo Federal (SIC). Además, en el acuerdo de sectorización se menciona, al Secretario de Gobernación como responsable del sector.


Según el Manual de Organización de la Administración Pública Paraestatal, el máximo órgano de gobierno de Canal 13, era el consejo de Administración, que en aquel entonces integraban los Secretarios de Programación y Presupuesto, Educación Pública, Patrimonio y fomento Industrial y la directora General de Radio, Televisión y Cinematografía. La presidencia del Consejo correspondía al Secretario de Gobernación, por entonces Don Jesús Reyes Heroles, quien nunca acudió a las asambleas ni mandaba representante alguno. Era Doña Margarita la que hacía y deshacía.


Para el 16 de octubre de 1978, la escritora poblana Carmen Millán, decidió separarse del cargo de director general y fue sustituida por Raúl Cardial Reyes; que tan sólo duró 30 días en el cargo, ya que el 16 de Noviembre fue sustituido por Alejandro Palma, quien tomó posesión ese mismo día. Ante todo ello, nadie dudaba de la existencia de una crisis bastante seria y que se prolongaba desde el inicio del sexenio, 2 años atrás.


Raúl Cardiel fue cesado por el Secretario de gobernación, Jesús Reyes Heroles, que hizo uso de las facultades que al efecto le confería la legislación administrativa del 29 de diciembre de 1976. Era su derecho. Sobre ello y de Margarita López Portillo, Julio Scherer escribe: "Pronto la reveló el poder caprichosa y autoritaria, Perdidas las proporciones, llegó a ufanarse de que al mismo Secretario de gobernación, licenciado Jesús Reyes Heroles, lo había puesto en su lugar. De gira por el extranjero el Presidente López Portillo, Reyes Heróles había despedido a Raúl Cardiel Reyes del Canal 13, sin consulta previa con la directora de RTC".

"Lo llamé a los Pinos y me escuchó. Le dije que ningún perro me ladra en casa". 10


Alejandro Palma sustituyó a Cardial el 16 de noviembre de 1978. El nuevo director había sido subdirector de Administración y finanzas durante los ocho días que Abel Quezada dirigió, y de ahí se fue a la Productora Nacional de Radio y Televisión (PRONARTE), que después llegaría a dirigir Luis de Llano Palmer.


Con Palma se renovó la añeja discusión de la orientación de la televisora estatal, que él entendía diferente de la que tenía la televisión privada. pero la Dirección de comercialización no pensaba lo mismo; ahí creían, particularmente Jorge Cueto, responsable de esa área, que se debía de ofrecer una programación atractiva para ganar teleauditorio y vender tiempo a la publicidad. Cueto contaba con el apoyo de la Directora de RTC; posteriormente sería designado director de Televisión de la República Mexicana.


El 1º de diciembre de 1978, y sabidas las preferencias de José López portillo, Joaquín Pérez Dóriga fue designado Director de Noticias Especiales de Canal 13. Esto tendría un fuerte impacto al interior del canal y representaba la decisión de los López Portillo de hacer, en la televisora estatal, el mismo tipo de televisión que se hacía en Televisa.


Para López Dóriga, la televisión estatal debía ser competitiva; para el director de la empresa no. Dadas las deferencias de los López Portillo con el Director de Noticias, éste gozaba de un poder que le permitía acordar directamente con la señora López Portillo manejarse autónomamente.


Con la finalidad de definir su posición, Alejandro Palma envió al consejo de Administración un documento en el que precisaba su proyecto político para el Trece. Señalaba que: "Para evaluar las distintas posibilidades de programación de Canal 13, es necesario partir del señalamiento y jerarquización de los objetivos del canal, y de cómo éstas a su vez se inscriben en los objetivos generales de la comunicación social del estado. De no hacerlo así, es casi inevitable el caer en una visión puramente competitiva con la televisión comercial, ya sea a través de medidas como los "ratings" o de las utilidades que se puedan obtener a través de la venta de tiempo de transmisiones".


"Esto último implicaría que al aceptar como referencia básica la competencia con los canales comerciales, se adoptarían también sus objetivos, renunciando a establecer los propios".

"La búsqueda de un público televidente amplio, la obtención de recursos propios que contribuyan al sostenimiento económico, son también objetivos de una empresa televisora estatal como la nuestra, pero no pueden ser los únicos que justifique su existencia y tienen que referirse y valorarse respecto a los fines derivados de su propia naturaleza."


Ante tal documento, Margarita López Portillo solicitó la renuncia de Palma, que abandonó el cargo el 2 de marzo de 1979.


La designación, la quinta en menos de dos años y medio, recayó ahora en el Contador Jorge Velasco Ocampo.

Mientras tanto, la mano de López Dóriga ya se había dejado sentir, al eliminar de la programación noticiosa "Notitrece" y con él a Elena Poniatowska, Renato Leduc, Guillermo Jordán, Cristina Pacheco, Jorge Ibarguengoitia y Emilio Carballido, entre otros comentaristas críticos. Aparte de López Dóriga, llegaron de la televisión privada Chucho Salinas y Hector Lechuga, Enrique cuenca, Angel Fernández y Fernando Marcos; así como José Morrís y Joaquín Salcido, ambos productores. Ello se complementó con la reaparición de Luis de LLano y su equipo.

Los cometarios agudos e informados de Elena Poniatovska fueron sustituidos por "Cotorreando la Noticia." Programa que pasaba al finalizar el noticiero de López Dóriga y donde hojeando los periódicos sus conductores, Chucho salinas y Héctor lechuga, hacían "crítica" y comicidad. La verdad es que Salinas se volvió cada vez más solemne; opinaba de todo con lenguaje muy pobre y confuso, donde el oficialismo, el sentido común y moralina barata eran el tono de su conversación, a la que Lechuga agregaba cierto humor. Aparte de ello, se dedicaron desde ahí a apoyar la imagen del entonces director de Pemex, Jorge días Serrano, en sus pretensiones rumbo a la presidencia de la República en 1982. Se vivían entonces, los años del auge petrolero en que los precios del crudo rebasaron los 30 dólares por barril.

Mientras el trece se ve forzado al autofinanciamiento, el presidente le anunció a la nación que "Por primera vez en nuestra historia tenemos la oportunidad de manejar excedentes que nos permitan enderezar nuestra economía...pero nuestra obligación es fundamental. Tenemos que ser resueltos, imaginativos, racionales; no librar por que abunda, contra el petróleo, sino administrar con prudencia, con equilibrio, con cautela de la abundancia". 11


La incongruencia rebasó toda la lógica. Se decidió que la Televisora estatal generara sus propios recursos. Se le impuso una programación sustentada en la complacencia a los publicistas y en la búsqueda de teleauditorio, por lo cual llevaron personajes de la televisión privada con astronómicos sueldos.


Jorge Velasco, fue director hasta el 15 de enero de 1980, fecha en que lo sustituyó Jorge Cueto García, que fue el sexto director del canal, y que a la postre tendría una permanencia mayor, ya que logró mantenerse al frente por un año y seis meses.


La situación administrativa del canal, era para entonces particular. Ante tantos desatinos cualquiera que no supiera de la posición política de la responsable de todo ello, se habría preguntado por qué no cesarla, ya que de aquí se da una particular situación: los responsables del caos administrativo del canal son los subordinados y nunca quien los dirige a él. ante el fracaso se cambia a cualquiera menos a la responsable, porque era la única inmovible hasta el 1ero de diciembre de 1982. pasara lo que pasara, cayera quien cayera la culpa no era de Margarita López Portillo sino de los demás, y como ella no se iría, pues había que hecharle la culpa a otros y correrlos. Mientras la causa del caos siguiera, de nada valdría el mejor equipo administrativo.

Margarita López Portillo, es el personaje más nefasto que se atravesó en la vida de la televisión estatal. La creía suya y así la manejó. Caprichosa y veleidosa, embriagada del poder por estar cerca del presidente., más cerca que nadie. "Es mi piel" decía ella, y manejó la televisión y en general los medios del estado, como de su patrimonio personal.. El signo del presidencialismo autoritario y simulador presidió, otra vez, en esos seis años de vida de la televisión estatal.

Mientras Jorge Cueto dirigía el Canal, ya no quedaba duda de que se trataba de una mala copia de la televisión privada y cuyo proyecto parecía que nunca acabaría de arrancar por tanto cambio. Delirante Margarita López Portillo, declaró que: "Las dos empresas -Canal 13 y Televisa- deberían unificarse y formar la televisión mexicana, porque solo así estaremos en posibilidades de cumplir eficazmente nuestra tarea". 12 El sitio de la declaración: el jardín del Instituto Mexicano de Cultura, que precedía Miguel Alemán Valdéz, donde se sirvió un cóctel con motivos de la incorporación de Cueto a ese Organismo.


Pero los días más aciagos estaban por llegar. El 22 de junio de 1981, renunció Jorge Cueto y fue nombrado director Pedro Ferríz Santa Cruz. Conocido locutor, antiguo compañero de Zabludovsky y apasionado de los asuntos del cosmos, por lo que conoció muy de cerca a Margarita López Portillo, ya que a la hermana del presidente le seducía la idea de encontrar respuesta a su problemática en los astros y los espíritus del más allá.

Emma Godoy, íntima amiga de Margarita López Portillo, concedió una entrevista a la revista "Proceso" en donde narró las aficiones esotéricas de la directora de RTC, y de cómo vinculaba el ocultismo con su actividad pública.

"...Todo lo que quería consultar ella en sus sesiones de los sábados. Que tenía un problema personal o social, un problema de la nación, pues lo consultaba en esas sesiones donde los extraterrestres, ¡sí los extraterrestres!, daban soluciones..."

En las sesiones, dice, la acompañaban "Claudio Farías (fue director del Canal 13). Intervenían muchos. También Pedro Ferríz. Y le arreglaba un bellísimo Show ...". 13

Con la llegada de Ferríz, se hicieron más agudos los conflictos al interior del canal, donde López Dóriga, prepotente a fuerza de su relación con el presidente del país, había generado en tres años múltiples enfrentamientos con los antiguos colaboradores del canal. Ferríz estaba afiliado al grupo de López Dóriga y actuó en consecuencia.


En agosto de 81, la problemática de la televisora afloró. Presionado por López Dóriga, Ferríz quitó de la Gerencia de Eventos Deportivos a José Ramón Fernández y en su lugar se trajo de Televisa al exmarido de Lolita Ayala, Jorge Berry. Con ello se abrió la cloaca, que terminaría con la salida de todos ellos del Canal 13.

Ante esto, la Presidencia de la República, decidió remover a Joaquín López Dóriga, quien salió bajo serias acusaciones de corrupción y raterías en perjuicio del Canal 13, el 4 de septiembre de 1981. Además de él, se fue Pedro Ferríz que no se presentó más a trabajar, abandonando la dirección del canal.


Todo esto suscitó un fuerte escándalo en la prensa nacional, que ponía en claro la situación que atravesaba la empresa y evidenciaba la ineptitud de Margarita López Portillo, quien decidió hacerse personalmente, y en mancuerna con Claudio Farías, cargo del canal, en vísperas de que Miguel de la Madrid fuera destapado para la sucesión de José López Portillo en 1982.


Al finalizar el sexenio de José López portillo, la situación del Canal 13 era más difícil, y de ello también saldría beneficiada Televisa. la opción frente a la televisión comercial se autoanulaba con tantos cambios que modificaban todo, y como decía una destacada colaboradora del canal: aquí nunca se acaba de estar.


De los resultados finales del sexenio Lópezportillista da cuentas Pablo Marentes, 14 al ser nombrado el director del canal por Miguel De la Madrid:
  • Deudas por 2,200 millones de pesos.
  • Cero liquidez.
  • Caos técnico por falta de mantenimiento.
  • Exceso de personal eventual.
  • Programación determinada desde fuera por patrocinadores.
Además de, un adeudo por nueve millones de pesos. De 21 cámaras para los noticieros sólo 8 funcionaban. Los compromisos con anunciantes de vinos y cigarros, ataban a la nueva dirección por 5 meses. Personajes de la televisión privada haciendo el estilo del 13 y el personaje de base resentido por la actitud discriminatoria de Margarita López Portillo.

Con esta herencia iniciaría el sexenio de Miguel De la Madrid, aparte de que el tiempo de la abundancia había concluido un par de años antes, y el país estaba sumido en una severa crisis, a la que el nuevo presidente se proponía vencer, con los resultados que hoy conocemos.


El sistema IMEVISION

El 10 de diciembre de 1982, fue designado director de Canal 13 Pablo Marentes, quien a principios de la pasada administración había sido Subdirector de Administración y posteriormente director de Canal 11, hasta el fin del sexenio de López Portillo.


Marentes no duraría mucho en el cargo, y sería sustituido por Raúl Martínez Ostos. Esto pareció repetir la historia, aunque la remoción se debió a que Marentes se haría cargo del proyecto del Instituto Mexicano de Televisión.


El sexenio de De la Madrid, inició en medio de fuertes cuestionamientos y acusaciones en torno a lo que había sido la televisión estatal los 6 años precedentes. Las corruptelas y raterías, así como el desorden administrativo imperante, demandaba una acción definitiva. Mientras Televisa prosperaba, la televisión estatal se venía abajo; particularmente Canal 13, ya que Canal 11, había vivido su mejor época con la conducción de Marentes.


El sexenio de 1982-88 arrancó bajo el signo de la crisis fiscal del estado, donde el peso de la deuda externa era cada vez más significativo en los egresos del erario federal. Aparte de que, las fuentes de financiamiento externo eran cada vez más renuentes a prestar dinero a México.


Todo lo anterior aparejado a la emergencia de una nueva burocracia tecnocrática, determinada en su óptica política por la disminución y eficientización de la participación estatal en la economía.


En marzo y mayo de 1983 se sucedieron los acontecimientos definitivos, que perfilarían la política del régimen frente a los medios.

a) El 25 de marzo de 1983, se dio a conocer el Sistema de Comunicación Social del gobierno federal y se crearon los Institutos Mexicanos de la Radio, Mexicano de Cinematografía y Mexicano de Televisión.

b) Los primeros días de mayo se efectuaron los Foros de Consulta Popular sobre Comunicación Social en distintas ciudades del país. la finalidad del foro era proporcionar elementos para la definición estatal en ese campo. Ahí, la crítica a Televisa fue, durante días que duró el evento, denominador común.


Efectivamente, el 25 de marzo de 1983, se publicó en el diario Oficial de la Federación el Decreto que crea el Instituto Mexicano de Televisión, un organismo público descentralizado, cuyo objeto sería el de operar, de manera integrada, las estaciones de televisión, unidades de producciones, repertidoras y redes de televisión del Estado.


El instituto aglutinó, a la Corporación Mexicana de Radio y Televisión, S.A.; Televisión de la República Mexicana; Canal 8 de Monterrey; Productora Nacional de Radio y Televisión y a la Teleproductora del Distrito Federal.


El propósito expreso del Decreto: separar las funciones del Estado, encomendando la operativa a un organismo público, mientras que, las funciones normativas corresponden a la autoridad.

Como director del Instituto Mexicano de Televisión, Miguel De la Madrid designó a Pablo Marentes, de origen tabasqueño, como Gonzalez Pedrero y abogado de profesión, que ya había ocupado la Dirección de Canal 13, unos meses atrás.


Para cumplir sus objetivos, la televisión estatal, "debe olvidarse de competir con la televisión privada; racionalizar por un lado, su espectro publicitario, y buscar nuevas formas de comercializar su tiempo; erradicar los famosos brokers, a intermediarios; sustituir la producción extranjera por producciones independientes de factura nacional; cambiar el concepto de la barra noticiosa; cubrir la barra deportiva sin necesidad de entrar en competencia con otros canales comerciales..." Afirmó Marentes al inicio de su gestión al frente de canal 13, y agregó: "éste no debe programarse en competencia con la televisión comercial, ni competir programa tras programa por arrebatarse los mismos ojos y las mismas orejas". 15


La televisión estatal quedó integrada el 2 de mayo de 1985 en un sistema denominado IMEVISION, que agrupó a los canales 13, el naciente 7 y el 22 de UHF, el 2 de Chihuahua, el 8 de Monterrey y el 11 de la ciudad de Juárez, en una sola cadena.


Quedó excluido el canal 11 de la Ciudad de México por pertenecer al Instituto Politécnico Nacional.


Se buscaba así, coordinar de manera horizontal y bajo una misma estructura administrativa la actividad de las empresas televisoras del Estado. Para la nueva corporación de la televisión estatal quedaba excluida la idea de competir con la televisión privada que se había venido convirtiendo para los funcionarios públicos del sexenio de De la Madrid, en una especie de Tabú, a la que no se refieren ya explícitamente. Una crítica contra Televisa, formulada por Heriberto Quiñones, le costó la dirección del CREA.


El sexenio de 1982-88 es clave para entender el futuro inmediato de la televisión estatal, mismo que estuvo marcado por el signo de la austeridad y del adelgazamiento.


Para 1986 IMEVISION ve reducido su presupuesto, lo que obliga a disminuir a un grupo numeroso de trabajadores, así como buscar en la comercialización sus ingresos para enfrentar además un elevado endeudamiento.

Ante estas circunstancias, las alternativas para la televisión estatal complementaban únicamente dos posibles salidas: o bien aumentar los niveles de comercialización de sus tiempos en pantalla o la privatización.


El salinismo (1988-1994) decidió poner en manos de la iniciativa privada a la televisión estatal que, el gobierno de Echeverría había adquirido en 1972 de Francisco Aguirre, cuando mediante fideicomiso de SOMEX el 100% de las acciones de la Corporación Mexicana de Radio y Televisión, Canal 13, pasaron a manos del Estado.


Con la privatización de Televisión Azteca en 1993, se dio fin al proyecto iniciado veintiún años antes; surgido con el propósito de ofrecer una alternativa diferente a la hasta entonces desarrollada televisión privada y fundamentalmente por la necesidad del gobierno mexicano de disminuir la presencia de esos medios en la vida nacional, así como contrarrestar el enorme poderío adquirido hasta entonces por el consorcio propiedad de Emilo Azcárraga, particularmente.


A manera de conclusión podemos establecer que, la inicial intención del gobierno echeverrista se vino perdiendo, producto de la falta de voluntad política de los gobiernos subsecuentes, para impulsar el proyecto y además porque la intervención estatal mediante el Canal 13 generó una reacción en los concesionarios privados que lejos de verse debilitados por las medidas de Echeverría, que juzgaban negativas para sus intereses, los fortaleció y aceleró el proceso de monopolización, que desde entonces vive la televisión nacional. Basta anotar que en 1973 Televisión Independiente de México, Canal 8, competidora hasta entonces de Telesistema Mexicano S.A. se fusionó con éste para dar origen a la poderosa Televisa.


El proyecto de la Televisión Estatal, como vimos se perdió en la antinomia que nunca superó y que se encuentra en el origen mismo de su ulterior desaparición: la televisión estatal debía subsistir con fondos públicos para no hacer depender su orientación de los ingresos derivados de la publicidad y todo lo que ello supone, incluida la competencia con la televisión privada, o bien desarrollar una alternativa basada en los elementos del modelo comercial, con una programación sujeta al "rating" y ajustada a las necesidades de los publicistas, de tal suerte que fuera autosuficiente y no dependiera así, del presupuesto federal.


Canal 13, Imevisión y Televisión Azteca, fueron las distintas denominaciones que se dieron a la TV estatal en 21 años, se movió en esa antinomia que además se agudizó por las repercusiones que ahí tuvo el ejercicio del autoritarismo presidencial y el manejo patrimonialista que de los recursos estatales hacen los distintos personeros del gobierno mexicano.


Fue así, que la empresa careció de un proyecto de largo plazo y se supeditó a los vaivenes sexenales, de tal suerte que cada uno de los gobiernos que se sucedieron de 1972 a 1993 le impusieron rumbos distintos, si bien todos, desde 1976 en adelante hicieron de la autosuficiencia financiera una meta con distintos matices, que fueron desde la reducción de tiempo en pantalla hasta la pelea con la TV privada por contratos como el de Miss México.


NOTAS
1 Manual de la Organización de la Administración Pública Paraestatal 1977. Ed. Presidencia de la República. México 1977. p 265

2 En "El Día 15 de julio de 1976.


3 Efraín Pérez E. "El monopolio de la T.V. Comercial en México", en Revista Mexicana de Sociología 4/79. Octubre-Diciembre. Ed. UNAM. México. 1979. p. 1458.


4 Efraín Pérez E. Ibidem. 1457.
El 14 de julio de 1976 se inauguraron las estaciones del Canal

5 En 1947 y por acuerdo del entonces presidente Miguel Alemán, el Instituto Nacional de Bellas Artes comisionó a Salvador Novo y el Ingeniero González Camarena para conocer de los modelos de televisión ya operantes y a partir de sus resultados poder definir cual será el más conveniente para el país. Los resultados fueron presentados en un documento titulado "La Televisión" y ahí Novo exponía las ventajas del modelo Britanico de TV en manos del estado y su contraparte el modelo comercial norteamericano bajo dominio de la iniciativa privada.


6 González Pedrero, E. "Televisión Pública y Sociedad", en Nueva Política. Vol I, No. 3 Ed. fondo de Cultura Económica. México julio-septiembre 1976. pp. 187-189.


7 En "Proceso", No 46. 19 de septiembre de 1977. p. 6


8 Ibídem. p. 7.


9 Raúl Cremoux. "La Congruencia de Canal 13", en UNO MAS UNO 23 de Enero de 1980.


10 Julio Scherer García. Los Presidentes. Ed. Grijalbo, México. 1986. p. 138


11 En "Cuadernos de Filosofía Política", No. 3. Ed. SPP. 1978. p. 35


12 En "Proceso", No. 189. 16 de junio de 1980. p. 44.


13 Proceso, No. 404. 30 de julio de 1984. pp 11-13.


14 en "Proceso". No. 326. 31 de enero de 1983. p 46.


15 En "Uno más Uno". 30 de enero de 1983.

Consejo de la Comunicacion A.C.
cito lo que lei en El Publicista en donde se dice:

Cambios en la presidencia del Consejo de la Comunicación: la asume Marcos Achar Levy.

El pasado lunes 26/06/06 asistimos a un evento un tanto cuanto sui géneris: el cambio de presidente en el Consejo de la Comunicación y la entrega de los premios “Principios” que nos parecen, estos últimos, una verdadera jalada. Mire usted, se premiaron a los mejores contenidos de TV durante el último año y se reconoció la calidad” de Bailando por un Sueño, Vecinos, (con Eugenio Derbez) y otras mamarrachadas por el estilo de Televisa y TV Azteca. Aunque debemos reconocer que si hay cosas que valen la pena, como El Diván de Valentina, de Canal 11, por ejemplo. La verdad que nosotros no entendemos como el Consejo, que es una institución seria, se presta a hacerle el juego a una farsa como los premios mencionados. En fin, que ya en la nota que toca al Consejo en si, felicitamos a Juan Domingo Beckmann, presidente saliente por todo lo logrado, y le deseamos lo mejor de lo mejor a Marco Achar Levy, director de Comex, en su nueva gestión.

Por cierto que en dicho evento, que contó con la presencia de Vicente Fox y su señora, cantaron Manuel Mijares y Yuri para promover su nuevo disco que grabaron a dúo. A la gûera aun que no se le quita lo corriente y sospita se le ve bastante buena, lo que sea de cada quien.

No así Doña Silvia Pinal, quien también asistió al evento de y marras luce ahora, mas que gorda, con cuerpo de cetáceo.

La imágen que ustedes ven en la parte superior de este mensaje, es de un promocional ubicado en el estacionamiento de la tienda Aurrera de Texcoco, firmado (adivinaron!) por el Consejo de la Comunicacion A.C. No hay que ser muy idiota como para no visualizar la intencion clara y la inclinación de acuerdo al orden de las palabras de quien es el bueno para darte Empleo?

Se entiende ahora lo que puede uno esperar de una Asociación así, que premia "La Calidad" de esos contenidos en TV, habrá que investigar más a fondo que función tiene la Asociacion para con la sociedad un grupo como este, y observar que no vele por intereses lejanos a la comunicacion, a menos que sea la "comunicacion" que ellos mismos, desde su postura sea la conveniente a cuidar.

Hay que recobrar lo que en el sitio del Consejo de la Comunicacion A.C. "Voz de las empresas", en su sitio en la sección Sala de prensa, mencionan que la entrega de sus premios "principios" (ja ja ja) fue el dia 23 de junio de 2005 (y no hay algo referente al 2006). lo que se observa es que el patronato esta constituido por empresotas como Procter & Gamble, Gigante, Grupo Modelo, Bimbo, Sabritas, Coca-Cola y el Grupo Empresaurial Angeles! entre muchos otros.

Para poder ingresar a tan selecto club existen unos requisitos y son:

• Personas físicas o morales nombradas por la Asamblea, que protesten dicho nombramiento, y que aporten recursos económicos o en especie para el crecimiento patrimonial del Consejo de la Comunicación, y cuyo prestigio avale su calidad humana o institucional, y sus principios sean acordes con la naturaleza y fines del Consejo de la Comunicación. Los Patronos integrarán al Patronato, tendrán funciones y responsabilidades.

• Informes: arovero@cc.org.mx



Cómo ven?

Tuesday, July 11, 2006

Habia una vez en México, una emisora de TV abierta en el valle que habito, en donde se transmitia un buen noticiero (desde mi personal punto de vista), ahora y debido a un conflicto entre particulares, un dueño aparentemente tranza, una huelga y muchos desmadres más, dejo de verse.

y si, esa era su frase, Porque Nada Es Para Siempre, y es que en México (creo) que la mayoria de los medios son manejados por particulares que lejos (pero muuuy lejos) de querer transmitir a la población cultura, bienestar, buenos programas, buen deporte (chinga que les cuesta!) atiborran sus espacios con contenidos vacios, tontos y con clara tendencia al poder, el poder por el poder.

De eso se trata, de explicarme y despues de poder entender con quien lea esto, porqué pasa lo que pasa, mejor dicho, como diablos se fueron al carajo tantas buenas y malas ideas y me inspiro en un primer plano en lo que veia en el canal 40, cuando habia alguna marcha de encuerados, nadie les tapaba el pito o las tetas a quienes lo hacian, o cortaban fragmentos de videos como en Televisa o TV azteca (por poner solo un ejemplo).

A lo largo de los dias tratare de explicarme, porqué a partir de algunos meses, desde que iniciaron las campañas electorales en México, el porqué nada es para siempre en mi pais, como es que se anhela tanto el dinero cuando en verdad, existen cosas mas importantes como el verdadero amor, la información, y esas cosas que se nos olvidan (sueños) por estar en chinga loca tratando de sobrevivir.

en fin, sean ustedes bienvenidos.